Cuándo debo cambiar las zapatillas de running

¿Cuánto tiempo duran unas zapatillas de correr? ¿Cuándo debo cambiar las zapatillas de running? Estas son las típicas preguntas que se repiten en muchos foros de Internet y que generan mucha controversia. Sobre este tema se escribe mucho y parece que pocos se ponen de acuerdo. Por ello vamos a ver una serie de trucos para hacernos una idea de cuándo cambiar las zapatillas de running sin sufrir lesiones, y tampoco perder dinero. La clave es sacar el máximo rendimiento a nuestro par de zapatillas de correr de la forma más segura.

Cambiar las zapatillas de running a tiempo

La mayoría de marcas deportivas aconsejan cambiar las zapatillas de correr cada 800 kilómetros aproximadamente, pero son muchos los runners desconfían de esta recomendación. Se suele pensar que las marcas aconsejan el cambio de calzado para vender más. Pero, ¿hasta qué punto estas recomendaciones forman parte de una estrategia de marketing? ¿cómo sabemos cuándo cambiar unas viejas zapatillas de running?

Hay que tener mucho cuidado con la apariencia de la zapatilla, el exterior no refleja el estado real en el que se encuentran. No nos podemos fijar únicamente en el desgaste de la suela o la impresión que nos pueda dar el upper. Las zapatillas tienen un periodo de vida útil, y transcurrido este tiempo van perdiendo la amortiguación, la estabilidad y la seguridad. Así que cuánto más uso les hayamos dado a nuestras zapatillas deportivas antes perderán su capacidad para absorber los impactos, y esto a la larga puede provocar lesiones.

¿Cómo se desgastan mis zapatillas de correr?

Suela

Lo más probable es que las zapatillas de running se desgasten antes por la zona de la suela. El talón es un buen indicador para conocer el estado del calzado, ya que es la parte que sufre un mayor  número de impactos. En el antepié también se pueden observar los efectos del tiempo, ya que está sometido al efecto de la abrasión, sobretodo cuando cuando se entrena sobre asfalto.

Mediasuela

Antiguamente la mediasuela era la responsable del cambio de casi todas las zapatillas. Esto se debía a que esta zona se descosía con facilidad y el runner se veía obligado a dejar de usarlas. Con el tiempo, y con la aparición de otro tipo de materiales y de la construcción del calzado, las zapatillas de running ya no presentan costuras y suelen aguantar mucho más tiempo. Aún así, esto no significa que las zapatillas no pierdan respuesta, ya que el material acaba perdiendo su capacidad de recuperación durante la transición de la pisada. Esto significa que nuestras zapatillas dejan de ser reactivas y ofrecen menos amortiguación.

Upper

Esta zona es la que menos sufre el desgaste por el uso. Pocas veces descartamos unas zapatillas porque se agujeree la malla superior, se rompan las cordoneras o se estropee el cuello de la zapatilla. Por lo tanto sólo hay que tener en cuenta que el upper mantenga su forma original y no se deforme en exceso, no pierda la estabilidad y siga ofreciendo la sujeción necesaria para evitar lesiones.

Consejos para descartar las viejas zapatillas

Antes de cambiar las zapatillas de running deberías prestar atención a unos cuantos consejos para que tu decisión sea lo más acertada. No siempre las cosas son lo que parecen.

1. Controla los kilómetros de tus zapatillas de running. Apunta la fecha en las que compras tu nuevo par de zapatillas y haz un cálculo del tiempo que vas a utilizarlas. ¿Cómo se hace? muy fácil, sólo basta multiplicar los kilómetros de media que sueles hacer en cada entrenamiento y multiplicar por los días que sales a correr en un mes. Ahora sólo tienes que dividir la media de los 800 kilómetros de vida útil de unas zapatillas de running entre la cifra obtenida y ya tienes el número de meses que te pueden durar aproximadamente tus nuevas zapatillas. Ese será un buen indicador para empezar a pensar en cambiarlas antes de sufrir lesiones.
2. Atento a las señales de tu cuerpo. El cuerpo manda mensajes continuamente y es aconsejable escucharlos. ¿Qué tipo de mensajes? Dolores musculares, calambres e incluso fatiga excesiva. Quizás haya llegado el momento de cambiar tus zapatillas de running por unas nuevas.
3.  Plantillas rotas. El desgaste de la plantilla indica si las zapatillas han soportado más kilómetros de la cuenta. Saca la plantilla y observa si está rota, si es así empieza a plantearte un cambio de calzado.
4. Grietas o agujeros. Si las zapatillas están rotas es  que ha llegado el momento de tirarlas a la basura.
5. Desgaste excesivo de la suela o el talón. Coloca tus viejas zapatillas sobre una mesa y examina su estado. Si se inclinan como la torre de Pisa quiere decir que han perdido su estabilidad por desgaste de la pisada. Dependiendo de la inclinación puedes averiguar si eres pronador o supinador.