Dejar de entrenar – Consecuencias y efectos
Evitar la pérdida de la forma física es una de las preocupaciones más grandes de los atletas. Para que esto no suceda, es necesario hacer ejercicio de manera constante, evitando tiempos prolongados de inactividad. Pero, ¿qué sucede al dejar de entrenar por tres días, una semana, un mes o un año? A continuación, como la inactividad puede afectar a tu cuerpo y a tu mente. Después de leer esto, seguramente comenzarás nuevamente con el entrenamiento en casa.
Los efectos en el cuerpo al dejar de entrenar
Tabla de Contenidos
Dos a cuatro días
Si dejas de entrenar por un tiempo de dos a tres días, no pasa nada, no hay efectos negativos. De hecho, es saludable para el cuerpo descansar, pues es la mejor forma de evitar lesiones y sobrecargas musculares. Además, se ha logrado comprobar que el descanso es esencial para la mejora de la forma física, pues este reposo ayuda al desarrollo muscular. Así que, no seas uno de esos obsesionados que piensan que se debe de entrenar intensamente todos los días sin ningún descanso, ya que puede ser totalmente contraproducente.
Siete días
Incluso hacer un parón de una semana, podría no tener efectos negativos en absoluto, o bien, podrían ser muy mínimos. De hecho, muchos atletas de alto rendimiento se toman una semana entera de descanso después de realizar actividad física por más de 1 mes. Sin embargo, esto solo suele realizarse en un nivel profesional o de alto rendimiento, pues el desgaste físico es mucho mayor, así como el riesgo de las lesiones. Si eres un deportista casual, una semana de descanso no es necesaria, basta con tomarte los dos o tres días sugeridos para la reposición muscular.
Dos semanas
Después de quince días sin entrenar, es cuando se comienzan a notar pérdidas y efecto negativos. Se podría decir que no son efectos tan negativos, pero ya son notables. La primera consecuencia es una pérdida de la masa muscular, se puede notar que la tonificación disminuye y que los músculos ya no son tan firmes y sólidos como antes. De igual forma, la condición física, la capacidad respiratoria y el comportamiento cardiovascular, comienzan a verse afectados. Esto ocasiona que tenga menos resistente y que te agotes más rápidamente, teniendo un desempeño deportivo mucho más bajo. Sin embargo, después de dos semanas, no es tarde para recuperar lo que ya habías ganado. Después de quince días de descanso, es posible recuperar la forma física previa, pues no es una temporada de inactividad tan larga.
Un mes
Después de un mes de inactividad física, las pérdidas son aún más evidentes. En esta etapa, el cuerpo humano ha perdido su condición de atleta, el tono muscular es mucho más bajo y la condición física tiene una peor calidad. Generalmente, después de un mes sin actividad física, podría comenzar a notarse un aumento en la grasa corporal, incluso si aún sigues llevando un plan alimenticio saludable, pues la falta de músculo hace resaltar a la grasa. Recuperar la forma física después de un mes de inactividad es difícil, pero no imposible. Después de treinta días, no podrás entrenar con la misma intensidad con la que lo hacías anteriormente, será necesario comenzar poco a poco, subiendo la exigencia paulatinamente hasta que el cuerpo se vuela a acostumbrar.
Más de un mes
Si el tiempo de inactividad es de un mes o más, las consecuencias negativas para el cuerpo son aún más críticas. Es posible que la masa grasa sea la más evidente y que el cuerpo demuestre un tono muscular extremadamente bajo. Además, este largo tiempo de sedentarismo, no solo afecta a la apariencia del cuerpo, sino que también afecta el metabolismo, el sistema inmunológico, el sistema respiratorio y el cardiovascular. De igual forma, después de un largo tiempo sin realizar actividad física, el cuerpo humano se desacostumbra a la rutina de actividad, es mucho más fácil caer en vicios y malos hábitos.
Hay un punto muy importante que no hemos tocado en este tema. Dejar de entrenar también afecta a la mente, no solo al cuerpo. Si interrumpimos un estilo de vida activo y entramos en la inactividad prolongada, el estado de ánimo y la motivación podrían verse afectados. Es muy común que los atletas comiencen a sentirse tristes o en depresión, lo que también los podría llevar a empeorar aún más sus hábitos.
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